sábado

ROSANNA YANNI "EL CASO DE LAS DOS BELLEZAS" (CLIP)


 El caso de las dos bellezas
Ficha técnica
Dirección Jesús Franco
Producción Adrian Hoven
Guion Jesús Franco
Fotografía Jorge Herrero
Protagonistas 
Rosanna Yanni
Jesús Franco
Karl Heinz Mannchen
Adrian Hoven
Janine Reynaud
Chris Howland
Manolo Otero
Alexander Engel
Claudia Gravy
Música
Jerry van Rooyen
Fotografía
Jorge Herrero, Franz Hofer
Compañías
Coproducción Alemania del Oeste (RFA)-España; Aquila Film, Films Montana
Género
Aventuras. Intriga | Crimen. Serie B

Sinopsis

Hay alguien que se dedica a asesinar bonitas muchachas de vida alegre. Al parecer, tiene que ver con el mundo de la pintura y la escultura, pero nadie sabe de quién se puede tratar. Un millonario, novio de una muchacha que desapareció, al parecer del mismo modo que las otras, contrata a una bella mujer enmascarada para que averigüe lo sucedido. Esta bella muchacha tiene como compañera de piso y ayudante a una despampanante joven, simpática y entrometida. 

Regreso a la acción del dinámico dúo de aventureras, detectives y ladronas de falda muy corta formado por la escultural Rosnna Yanni y la sofisticada Jeanne Reynaud, juntas y revueltas conforman la endiabladamente sexy e inteligentísima architodo, “Labios Rojos”, cuyo desarmante diseño es una combinación de “Diabolik”, “Catwoman” y la legendaria diva del mudo (y fetiche de Louis Feuillade) Musidora. Un descacharrante “pulp”, autoconsciente (los personajes rompen la cuarta pared alegremente) y repleto de erotismo entre fetichista y verderón, refiere constantemente a la tradición del género en Europa (en la que el héroe siempre es ambiguamente amoral), especialmente a los “fumetti”, en un juego culterano muy “franquiano”, y se chotea si tapujos del “pop art”, de las sagas de superespías y de la modernidad “sixties” en general. 

Por momentos memorable (el villano resulta absolutamente genial, un artista psicópata que pinta a sus víctimas en el momento de la agonía más violenta y que es asistido en sus crímenes por una especia de hombre lobo y una bellamente hierática mujer), por momentos chapucera y sinvergonzona, siempre divertidísima, con un diseño de vestuario apoteósico y papeles secundarios para el cantante guaperas Manolo Otero (pronto inmisericorde castigador de las jovencitas de los primeros setenta con clásicos lúbricos del calibre de “Todo el tiempo del mundo” o “Qué he de hacer para olvidarte” ) y el propio Franco en uno de esos estrafalarios personajes que solía reservarse de cuando en cuando...

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